Adiós yayo, para mi, siempre serás ese yayo que me dejaba caer una bolsa de pipas Churruca mientras yo le pedía al girasol que me diese unas poquitas.
Ese yayo al que le gustaba comer en silencio en la mesa.
Ese yayo con el bigote pintado de marrón, tenías un lado presumido.
Ese yayo que sacaba su monedero y siempre había algun duro para ir a la paraeta.
y en estos últimos años, te convertiste en el YAYO de la moto, como te llamaba Joel.
Te quiero yayo.
Bonito recuerdo del abuelo ...besos
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